Lo que dijo la gente bajo la lupa - Análisis.
Y la psicóloga dijo...
Ni la presencia de celadoras, ni la falta de una imagen paterna puede decirse que en todos los niños tendrá la misma influencia. La relatividad en cada caso es algo remarcado por la psicóloga.
Entonces entendemos que será necesario un análisis por separado de cada situación, haciéndose imposible la generalización.
Esta entrevista no nos permite comprobar que el encierro afectará psicológicamente a los niños que cumplen condena con sus madres.
Y la asistente social dijo...
En la cárcel de Merlo nos encontramos con una situación totalmente distinta a la de la unidad 31.
Allí conviven internas-madres menores de edad con sus bebés, en un lugar no apto para ellos.
Creemos que hay graves violaciones a los derechos del niño: viven en un lugar indigno, poco limpio, sin alimentación adecuada. Todo ello respecto de los bebés y también de las mamás, teniendo en cuenta que las madres también integran el concepto de niño porque son menores de 18 años.
Y las autoridades dijeron...
Entendemos que las autoridades de la unidad tienen conciencia de que los niños no deben cumplir condena con sus madres.
Sostienen que el sistema cubre todas las necesidades de las internas y los menores, y que sin embargo muchas de ellas no se ocupan debidamente de los mismos.
Se infiere de sus palabras que la maternidad buscada por algunas internas para poder acceder a la unidad 31es una realidad. La mayoría de los casos tiene ese antecedente. En este sentido, también se reconoce la ineficacia de un programa de salud reproductiva a nivel nacional.
Con respecto a la responsabilidad sobre los menores en los casos de madres condenadas, pudimos notar que el procedimiento a seguir no está regulado, que por costumbre burocrática se da intervención al juzgado de menores.
Al cuestionar sobre los derechos del niño, la respuesta obtenida fue que tienen los mismos derechos que todos los niños del mundo. Por lo tanto al efectuar este reconocimiento, también implícitamente podemos entender que tienen presente que no se cumplen en su plenitud.
Finalmente un mensaje muy realista. No existe resocialización en los casos que no tienen familias que las contengan. Con esto nuestra esperanza se limita a aquel pequeño grupo de madres que logra derribar positivamente todas las vallas del sistema, pero que además, afuera, sus lazos afectivos no la abandonan.
Los números dicen...
Universo: 89 madres internas de la Unidad 31, entre 21 y 45 años.
Muestra: 27 madres internas de la Unidad 31
En primer lugar, la mayoría de las internas no se siente respaldada por el sistema jurídico en general. El estado de incertidumbre legal en el que se encuentran es una realidad. Siendo muchas tan sólo procesadas.
La mayoría de ellas entregaría su hijo al cuidado de una persona de su confianza. Pero lamentablemente esa persona no existe, o ya está cuidando otros hijos mayores. De esto podemos inferir que son concientes que sus niños estarían mejor viviendo en libertad.
Reconocen que sus hijos no se sienten bien en el encierro y piden salir en libertad.
En cuanto a la consulta sobre la salud de los niños, casi todas respondieron que eran las responsables en casos de urgencias. Así como en la entrevista a la directora, aquí pudimos detectar cierta confusión en cuanto a la situación legal de los menores. Las mamás (condenadas) no tienen la patria potestad sobre ellos, por lo tanto están imposibilitadas de tomar decisiones que los involucre. Pero el cumplimiento de esta condena con sus hijos ha creado en ellas la falsa idea de que está todo bajo su responsabilidad. Todo ello debido a una falta de regulación de esta especial situación en la que viven los niños.
Como contrapartida, la experiencia brindada por las mamás que tienen sus hijos viviendo en libertad con algún familiar cercano, nos indica que en esa situación el vínculo madre-hijo desaparece. Por lo tanto podemos interpretar que, sin una ley que permita que las madres que quieran desarrollar dicho lazo afectivo puedan hacerlo dentro del sistema penitenciario, estos niños no conocerían el amor de una madre.
Nosotros decimos...
El sistema penitenciario de la unidad 31 cubre las necesidades básicas de los niños.
Tanto autoridades como internas tienen conciencia que el encierro no es el mejor lugar para que vivan estos menores.
La solución sería que ellos sean enviados al cuidado del familiar más próximo, el problema es que la mayoría de las internas tienen hijos que viven en libertad con dicho familiar. Por lo tanto no existe quien pueda hacerse cargo del menor.
Se fortalece el vínculo entre madre e hijo y psicológicamente no podemos afirmar que el niño tendrá un desarrollo anormal de su personalidad.
Por lo tanto se entiende, en este análisis previo a la conclusión, que los niños que cumplen condena con sus madres se encuentran en esta situación porque no existe otra opción. Dentro de este límite se intenta satisfacer las necesidades. Quedando claro que cada caso debe ser analizado, y en aquellos que esta situación de cautiverio pueda evitarse, debe priorizarse la libertad del niño.